Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando la ciudad inicia una nueva expansión apoyada en la construcción del ferrocarril. Sevilla se vale del derribo de parte de sus murallas antiguas. La ciudad crece hacia el este y el sur; hablamos del ensanche decimonónico, que se completa en las primeras décadas del siglo XX con los edificios construidos con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 (por ejemplo, la Plaza de España o losJardines de María Luisa).
En definitiva, hay que esperar al siglo XX para vislumbrar una Sevilla moderna, La exposición de 1929 y la Exposición Universal de 1992 sirven de plataforma de fama y lanzamiento mundial de Sevilla como ciudad actual y costumbrista a la vez. El siglo XX se define en Sevilla como el siglo que moderniza Sevilla; se rehabilita el Barrio de Santa Cruz, se proyecta y construye el Barrio de Nervión, se traza la avenida de La Palmera, se acondicionan los Jardines de María Luisa.
No obstante, pese a este comienzo esperanzador, tras la Exposición Iberoamericana de 1929, la guerra civil y la dilatada posguerra marca por el régimen del dictador Francisco Franco, sitúan a Sevilla nuevamente en una posición claramente retrasada.
En 1992, una vez restituida la democracia, se celebra la Exposición Universal de Sevilla. Con este excusa, la ciudad de Sevilla se ha visto favorecida en los últimos años con iniciativas de gran envergadura, propiciadas tanto por las distintas administraciones públicas como por el sector privado. Entre las mismas, se cuentan las importantes inversiones realizadas en materia de infraestructuras de transporte y comunicaciones; la rehabilitación del casco histórico; el incremento de la oferta hotelera; la edificación de nuevos espacios culturales, deportivos y comerciales; la recuperación del río y de las instalaciones portuarias; la articulación del entramado viario con la puesta en marcha de las nuevas rondas y avenidas, etc..