Aunque actualmente la Torre del Oro es un edificio exento, en su origen estaba unida por una coracha o lienzo de muralla al Alcázar, formando un baluarte defensivo que protegía el puerto de Sevilla.
La Torre del Oro era el punto fuerte de esa muralla, pero había otras torres que la reforzaban: la Torre de la Plata, aún visible en la calle Santander; y la Torre del Bronce o Torre de Abdelaziz.
Esta última, de planta hexagonal, pequeña y esbelta, permanece hoy, en la esquina de la Avenida de la Constitución con la calle Santo Tomás, cerca del Alcázar. La torre es difícil de ver, semioculta por el edificio más moderno al que está adosada.
Mucho más desconocida q0ue sus dos hermanas mayores, del Oro y de la Plata, la Torre de Abdelaziz mantiene como ellas el recuerdo de la presencia árabe en Sevilla.