Hospital de la Caridad - Calle Temprado, 3
El Hospital de la Caridad de Sevilla, enclavado en el barrio del Arenal muy próximo a La Maestranza, acoge la sede de la Hermandad del mismo nombre, constituye un conjunto arquitectónico y artístico cumbre del arte barroco español.
La Hermandad de la Santa Caridad
La Hermandad de la Santa Caridad, fundada en Sevilla a mediados del siglo XV, tenía entre sus cometidos, la asistencia a enfermos abandonados y el enterramiento de ajusticiados y ahogados así como elevar sufragios por sus almas. Tuvo su sede en una capilla, dedicada a San Jorge, construida en una de las Atarazanas Reales.
El Hospital
Historia de la construcción
En 1644, por ruina de la antigua capilla, se decide la construcción de una nueva iglesia según planos de Pedro Sánchez Falconete.
Miguel Mañara, elegido como hermano mayor en 1663, se convirtió en el principal impulsor del proyecto y agilizó las obras del templo. Los planos de la Iglesia fueron reformados por iniciativa de propio Mañara y la fachada fue rematada por Leonardo de Figueroa,
El patio
Destaca el patio de acceso dividido en dos por un pasadizo volado sobre columnas y decorados con paneles de azulejos del siglo XVII, que representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. En cada espacio hay una fuente de mármol con grupos escultóricos de la Misericordia y la Caridad, respectivamente, realizadas en Génova sobre 1682.
Fachada de la iglesia
La fachada de la Iglesia, obra representativa del barroco sevillano, está decorada con azulejos que representan a sus patronos San Jorge y Santiago y a las tres virtudes teologales, La Fe, La Esperanza y La Caridad. Más abajo, a los dos lados de la puerta se contemplan esculturas de Fernando III el Santo y San Hermenegildo
Decoración interior de la iglesia
La Iglesia es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón y una pequeña cúpula en el espacio anterior al presbiterio. La decoración interior de la Iglesia fue realizada por artistas tan prestigiosos como Murillo, Valdés Leal, Pedro Roldán y Bernardo Simón Pineda que plasmaron la inspiración de Miguel Mañara.
Entre las numerosas obras de Valdés Leal destacan sus dos obras maestras que contienen una profunda meditación sobre la Muerte y los acontecimientos espirituales que la suceden: "Finis gloriae mundi" y "In Ictu Oculi", en el trascoro también de Valdés Leal se encuentra "El triunfo de la Santa Cruz" . Estas obras daban paso a un conjunto de cuatro pinturas de Murillo, que fueron robadas, en 1810, durante la Guerra de la Independencia, por el Mariscal francés Soult.
El ciclo de las obras de misericordia de Murillo se continúa con las dos pinturas situadas en lo alto del muro del antepresbiterio, que representan a Moisés haciendo brotar agua de la Roca y la Multiplicación de los panes y los peces de Miguel de Luna, estas obras remplazaron las de Murillo al ser robadas.
El retablo mayor, realizado entre 1670 y 1675, es obra de Bernardo Simón de Pineda y las esculturas de Pedro Roldán y policromía de Valdés Leal. En su centro hay un bellísimo grupo escultórico de gran tamaño que representa el Entierro de Cristo.
Otras obras de Murillo en la Iglesia son: "San Juan de Dios transportando un enfermo", "La Anunciación", "Santa Isabel de Hungría", "El Niño Jesús" y "San Juan Bautista Niño".
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